lunes, 7 de noviembre de 2011

Mantengamos la llama encendida!


Que tu día sea fructífero porque Dios te lo ha regalado para tal fin!
Estás vivo y en este mundo, por gracia y voluntad de Dios, no por accidente.
No vayas amargado por las calles, tratando de vender a otros que la vida no vale la pena vivirla.
Al contrario, mantén la llama del amor divino encendida, en todo momento.
No busques la felicidad, la paz y el amor, fuera de tí...no te canses en vano!
Tus ojos, tu rostro, tu sonrisa, hablarán de ese amor que sólo Dios puede generar!

Animos! Animos! El camino puede parecer duro y a veces hasta imposible recorrer,
pero recuerda, tú estás aquí para cumplir una misión que nadie más podrá realizar.
Eres valioso! Nadie puede tomar tu lugar.
Con Dios a tu lado, nada será imposible. Sólo basta tener fe y mantener esa llama encendida!