Evangelios como el que ha propuesto la Iglesia para el día de hoy, me dejan desconcertada. ¡Poniéndolo de otra forma, la Palabra me denuncia! Y eso es bueno, porque veo claramente todo lo que tengo por mejorar en mi vida. Jesucristo me habla del amor perfecto, de ese que se trata de amar y perdonar, inclusive a nuestros enemigos. Y en este aspecto es radical, no me dice que categoría o tipo de enemistades, como para hacerme más fácil la cosa, al contrario, de forma muy clara, habla de todos los enemigos y perseguidores:
"Pero yo les digo: amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores...si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen?" (Ver Mateo 5, 43-48)
Así que la imagen de nuestro artista Fano es muy elocuente: la ovejita tratando de hermanarse con el lobo feroz, a pesar del peligro que éste representa en su vida!
La medida del amor, es el amor sin medida, sin etiquetas, sin prejuicios, sin "peros" de ningún tipo. Ser capaces de amar en esta dimensión, es una virtud propia del Espíritu Santo. ¡Pidamos esta gracia!