Estamos en Pascua! El Señor ha resucitado!
Mi mano temblorosa se atreve hoy a retomar este tintero después de casi dos años. Por la gracia de Dios, un par de buenos amigos se han cruzado nuevamente en mi camino, para saludarme y sin pretenderlo, invitarme a seguir en la importante tarea de dar testimonio.
Vivimos tiempos difíciles en un mundo mucho más complicado, pero ciertamente con mejores oportunidades para quienes deseamos compartir los frutos de la fe en el Resucitado! Dar testimonio nunca ha sido fácil, porque todo lo que hacemos una vez que nos reconocemos como miembros de una Iglesia, y como personas de fe, será duramente juzgado por los demás.
Hoy es un gran día para compartir la experiencia del camino en tiempos de la más horrible pandemia de los últimos años! Saber que nuestro Señor se muestra tan cercano y tan interesado en nuestras empresas y proyectos, nos debe invitar a la reflexión! Sí, a la reflexión sobre nuestra actitud de duda, de queja, de cansancio, de tristeza, de desánimo, porque lo creemos todo perdido. Si supiéramos realmente cuanto nos ama!
Pero nuestros afanes, nuestras preocupaciones, nuestra frágil y pequeña fe, superan la memoria de las maravillas que Jesucristo ha permitido en nuestras vidas. Los milagros que ya hemos recibido y que inician diariamente con la posibilidad de levantarnos, deben traducirse en un eterno agradecimiento! Así como los discípulos de Emaús, llenos de temores e inseguridades, así estamos en tiempo de cuarentena, sin poder reconocer al Señor en nuestro diario caminar. Pero Él no se cansa, ni se muda como bien lo dijo santa Teresa de Jesús! Nos sigue invitando a una vida de fe, a una vida sacramental que nos llena de gracia, de su espíritu y sus frutos!
Hoy más que nunca, los frutos del Espíritu Santo, especialmente la caridad, la paciencia y la bondad, nos permitirán salir adelante juntos, como verdaderas iglesias domésticas. Es a través de una vida sacramental que podremos donarnos a otros de mejor forma, confiando en quien hace grandes todas las cosas y nos invita a participar diariamente en la creación de un mundo mejor para todos!
Pidamos al Señor la alegría de su Pascua, para que aún en la adversidad podamos darle gloria al igual que el salmista:
"Den gracias al Senor, invoquen su Nombre,
hagan conocer entre los pueblos sus proezas,
canten al Se;or con instrumentos musicales,
pregonen todas sus maravillas!"
Del Salmo 105(104) 1-2.
Fotografía de Irina Orellana