miércoles, 26 de septiembre de 2012

¡El Gran Milagro!



El fin de semana recién pasado tuve la oportunidad de ir al cine a ver la película "El Gran Milagro" (The Greatest Miracle). Debo admitir que a pesar de tener una idea general sobre la trama de esta película animada en 3D, y etiquetada por muchos como un film exclusivo para católicos, superó con creces mis expectativas.

Con una duración de apenas 76 minutos, "El Gran Milagro" explica de manera formidable el valor auténtico de la Eucaristía o santa misa, del sacramento de la confesión (reconciliación), y de otras riquezas que tenemos en nuestra Iglesia Católica, como ser el amor y fe en María Santísima, la protección constante de nuestros ángeles guardianes, el amor e intercesión  por nuestros queridos difuntos, y el poder de la oración, entre otros.

En mi caso personal, esta película me interpela de forma muy directa, ya que en más de una ocasión he subestimado el valor incalculable de la Eucaristía. La recomiendo, especialmente para aquellos hermanos que se han alejado de la Iglesia, y que por desconocer totalmente el ritual de la misa, no lo valoran como deberían. También para aquellos que asisten diariamente a misa, pero que por pura costumbre, por agradar a terceros, o por estar distraidos, nunca la viven a plenitud.

Les comparto el "trailer" de esta cinta, realizada en México. Dirigida por Bruce Morris y con un guión envidiable de Luis de Velasco.
Trailer de "El Gran Milagro"

En una sociedad cada vez más secularizada, "El Gran Milagro" nos muestra que la solución a muchos de nuestros problemas la podemos encontrar en las Iglesias, abandonándonos en el Señor y confiando en su infinito amor y misericordia. Cristo se ha quedado con nosotros para que podamos recibirle diariamente! Todo es cuestión de ser mejores católicos!

1 comentario:

Eduardo Bolaños Vargas dijo...

Bendiciones! Yo también hace poco tuve el honor de ver la película y de verdad que es magnífica no solo en la producción y realización sino también en el mensaje de amor que se brinda por medio de la Eucaristía. Digna de ver