"El drama está en la calle, en el barrio, en nuestra casa y, por qué no, en
nuestro corazón. Convivimos con la violencia que mata, que destruye familias,
aviva guerras y conflictos en tantos países del mundo. Convivimos con la
envidia, el odio, la calumnia, la mundanidad en nuestro corazón. El sufrimiento
de inocentes y pacíficos no deja de abofetearnos; el desprecio a los derechos de
las personas y de los pueblos más frágiles no nos son tan lejanos; el imperio
del dinero con sus demoníacos efectos como la droga, la corrupción, la trata de
personas - incluso de niños - junto con la miseria material y moral son moneda
corriente. La destrucción del trabajo digno, las emigraciones dolorosas y la
falta de futuro se unen también a esta sinfonía. Nuestros errores y pecados como
Iglesia tampoco quedan fuera de este gran panorama. Los egoísmos más personales
justificados, y no por ello más pequeños, la falta de valores éticos dentro de
una sociedad que hace metástasis en las familias, en la convivencia de los
barrios, pueblos y ciudades, nos hablan de nuestra limitación, de nuestra
debilidad y de nuestra incapacidad para poder transformar esta lista innumerable
de realidades destructoras...Este tiempo litúrgico que inicia hoy la Iglesia no es sólo para nosotros, sino
también para la transformación de nuestra familia, de nuestra comunidad, de
nuestra Iglesia, de nuestra Patria, del mundo entero. Son cuarenta días para que
nos convirtamos hacia la santidad misma de Dios; nos convirtamos en
colaboradores que recibimos la gracia y la posibilidad de reconstruir la vida
humana para que todo hombre experimente la salvación que Cristo nos ganó con su
muerte y resurrección." Tomado de la Carta del Cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de buenos Aires al inicio de
la Cuaresma 2013
Han transcurrido cuatro días desde que el Cardenal Jorge Mario Bergoglio de Argentina se convirtió en nuestro querido Papa Francisco! Ese miércoles 13 de marzo de 2013, será inolvidable para muchos, simplemente porque un latinoamericano fue electo por primera vez, como Pontífice de la Iglesia Católica.
Desde su primera presentación, hasta el Angelus de este domingo, y la cercanía que ha mostrado a los peregrinos católicos en Roma, no ha dejado de sorprenderme!
Muchos católicos hondureños se han quedado con el hecho de que este Papa es latinoamericano, y por eso ya le ven con otros ojos, ya le quieren mucho más que a nuestro Papa Emérito Benedicto! Sin embargo no debemos olvidar que el Papa es Argentino y es Papa de todos los católicos! Lo más importante son sus enseñanzas, sus catequesis, su magisterio, pero sobre todo sus ejemplos! Y esto es lo que más me ha movido a compararme con él. Y quiero aclarar que la comparación no la hago pensando que tengamos algo en común con el Santo Padre, sino todo lo contrario. Con su ejemplo de "sencillez y serenidad" como lo ha descrito en su portada nuestro semanario católico FIDES, me ha denunciado y lo ha hecho fuertemente sin pronunciar palabra!
Enmedio de la emoción de ver al Papa Francisco pedir que recen por él, me pregunto cuán humilde y sencilla soy yo a estas alturas de mi vida; en su primer homilía cuando ha hablado de caminar, edificar y confesar a Cristo, me he sentido triste porque sé que camino a paso lento y vacilante, no edifico sobre roca firme, y confieso en contra del Señor con las incoherencias de mis actos. Al verle tomar el autobus con el resto de cardenales, y caminar en las calles de Roma para saludar a los fieles, me pregunto si mi vida es más austera, más solidaria, más práctica y más sencilla. En definitiva mi fe sigue siendo pobre, así como mi amor por los hermanos, por esos muchos que en nuestros países latinoamericanos han sido marginados y empobrecidos durante años, por intereses mezquinos de grupos de poder.
Con este nuevo Papa sin duda alguna, muchos al igual que yo, se han sentido denunciados! La conciencia nos reclama! Sólo espero que no nos quedemos de brazos cruzados ni paralizados, sino que empecemos a trabajar por mejorar nosotros mismos como cristianos católicos! Hay mucho trabajo por realizar; debemos evangelizar, anunciar a este Cristo que sin cruz no hubiera vencido la muerte ni alcanzado la gloria, por confesar a este Cristo que vino por todos y que por ende nos ama a todos por igual y sin medida! Debemos dejar la indiferencia que es mayor pecado que muchos otros, y que es cómplice de la pobreza, hambre y violencia que reina en nuestro país.
Realmente estamos llamados a ser colaboradores del Santo Padre, en nuestros hogares, trabajos, parroquias, comunidades y sociedades. Pidamos al Espíritu Santo su gracia, para que al igual que el Papa Francisco podamos evangelizar con el ejemplo, con el testimonio de una vida realmente coherente, enraízada en Jesucristo!