Señor Jesús:
Es jueves santo! Un nuevo día que me regalas, pero éste es especial porque no quiero vivirlo con indiferencia. Nuevamente me siento sorprendida por la grandeza de tu amor! Me cuesta comprender como te ofreciste por la salvación de todos. Obedeciste al Padre en todo Señor, y por amor a mí! Tú que eres Dios, sigues siendo tan solidario conmigo! Tú que eres Dios, no te muestras indiferente ante mi realidad, mi historia de pecado, mis sufrimientos y preocupaciones! Me sigues llamando por mi nombre, y me invitas a seguirte cada día! Gracias Señor!
Y aquí en medio
de este mundo, cada vez más convulsionado, me has puesto a mí para ser testigo
de tu amor! Para poder llevar a mis hermanos, la buena noticia de que sólo Tú
eres el verdadero pan de vida! Dame tu gracia Señor, para que la paz del mundo
inicie en mi corazón, y que las guerras que se libran en mis entrañas, sean
superadas con tu poder sanador!
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