Tenemos miedo! Necesitamos sentirnos seguros! En un mundo cada vez más hostil, lleno de riesgos, peligros, enfermedades y tragedias, en quién confiaremos? Cómo esperar que las cosas mejoren cuando vemos que todo va de mal en peor, cuando nuestras fuerzas se agotan y la paciencia es casi inexistente? Cómo conservar el optimismo, la alegría, y la esperanza, cuando nuestros líderes y políticos, e incluso hasta nuestros hermanos de comunidad y familia, pueden apartar la mirada ante nuestras necesidades y darnos la espalda? Sin duda alguna vivimos tiempos difíciles, propios de un mundo caótico, donde muchos buscan descanso, paz y felicidad, pero en el lugar equivocado.
En este día en que celebramos la solemnidad de Pentecostés, es preciso sabernos instrumentos del Espíritu Santo que Jesucristo derrama, y que sigue donando a todo el que lo pide. A través de la fuerza transformadora del Espíritu Santo podemos tener vida nueva! Nuestra realidad, nuestros proyectos, problemas y tristezas, podrán ser vistas con otros ojos, al sabernos acompañados por quien nos consuela y nos protege, el Espíritu Santo.
Al igual que los apóstoles, muchas veces subestimamos nuestra categoría de elegidos, de hijos de Dios, y decidimos encerrarnos; el miedo nos paraliza (Juan 20:19-23)! Optamos por creer que no podemos nada porque el Señor, según nuestra limitada forma de pensar y sentir, esconde su mano providencial. Seguimos olvidando que Jesucristo ha resucitado para quedarse, para caminar con nosotros y salvarnos. Nuestra corta memoria nos impide tener presente que hemos recibido su Espíritu Santo para transformarnos, para dar vida a todo lo que otros ven muerto o sin sentido.
Mediante esta vida nueva, también estamos llamados a participar en la obra que Jesucristo ha iniciado, a formar parte de la Iglesia, y a poner al servicio de nuestro prójimo, los dones que el Espíritu Santo derrama. Cómo pensar nuestras vidas sin la sabiduría, fortaleza, consejo, ciencia, temor de Dios, piedad y entendimiento? Hemos vivido una semana llena de muerte, racismo, odio, marginación y corrupción. Basta ver los noticieros! Para muchos al parecer, no podemos caer más bajo, todo está perdido. Después de casi tres meses en cuarentena, en la mayoría de países Latinoamericanos, la pandemia del Covid19 es sólo una más de muchas enfermedades y problemas. Los gobernantes y políticos siguen sin atender responsablemente las necesidades de las mayorías, y en contraste, trabajan por sus propios intereses. El sinsentido se apodera de nuestros corazones! Sin embargo, Jesucristo mismo nos recuerda que ha resucitado y que es fuente de paz! La paz tan necesaria para todos no será posible mientras exista la injusticia y la mentira.
El mundo necesita nuestras manos, nuestra participación y acciones! Pidamos los dones del Espíritu Santo! Dejemos que sea su gracia la que nos anime, guie e inspire! Procuremos los sacramentos que la Iglesia nos ofrece, para que la gracia del Espíritu siga llenando nuestras vidas, nuestros ambientes, y nuestra sociedad! Si nosotros estamos dispuestos, el Espíritu Santo renovará nuestros corazones!
El mundo necesita nuestras manos, nuestra participación y acciones! Pidamos los dones del Espíritu Santo! Dejemos que sea su gracia la que nos anime, guie e inspire! Procuremos los sacramentos que la Iglesia nos ofrece, para que la gracia del Espíritu siga llenando nuestras vidas, nuestros ambientes, y nuestra sociedad! Si nosotros estamos dispuestos, el Espíritu Santo renovará nuestros corazones!
Fotografía de Irina Orellana