lunes, 4 de julio de 2016
¡Nuestro encuentro con el Señor!
Roberto Durán e Ivón Irías son jóvenes universitarios de la Octava Comunidad del Camino Neocatecumenal, en la Parroquia Medalla Milagrosa de Tegucigalpa. Esta tarde, tuvimos la oportunidad de un café juntos, y comparten con nosotros su experiencia del Encuentro del Camino Neocatecumenal realizado en la ciudad de Managua, el pasado domingo 3 de Julio:
En un ambiente relajado, después de haber recuperado varias horas de sueño perdido, Roberto nos comenta en medio de sonrisas y ademanes de nerviosismo, que su decisión por asistir a este Encuentro fue para encontrarse en primer lugar con el Espíritu Santo. "Considero un regalo de Dios poder ser testigo de la manifestación del Señor a través de su Santo Espíritu. ¿Cómo explicar esa sensación de emoción y gozo, hasta las lágrimas? Ver los frutos del Señor materializados en la decisión de los hermanos de entregar sus vidas al Señor y seguirle por el resto de sus vidas, es para mí un regalo."
Ivón expresa que "Superando las limitantes de edad, trámites legales engorrosos, distancias, cansancio, Dios me ha permitido estar presente en este Encuentro. He quedado con la curiosidad de escrutar más detenidamente algunas lecturas que fueron proclamadas por el Nuncio Apostólico de Nicaragua"
"No tener miedo" nos dice Roberto, "es una premisa que vemos en la vida del profeta Elías, la cual es un reto para todos los jóvenes de hoy. A pesar del desánimo que tuve el día anterior, surgió finalmente en mí el deseo de asistir al Encuentro. Ahora entiendo que el demonio siempre quiere tentarnos y gracias a Dios, opté por ir...¡valió la pena todo el esfuerzo!"
Para Ivón, el ser joven, católica y catecumena, implica un fuerte compromiso, ya que "estamos llamados a resistir las tentaciones del mundo" nos dice. En contraste, para Roberto, lo más difícil es "servirle a Dios solamente". Una de sus preocupaciones es "quedarse sin amigos" ya que la oferta de una vida cristiana no es popular hoy día. "Encontrar el valor de desligarme de las ideas mundanas de mis amigos, es una de las cosas más complicadas", añade.
"Antes de entrar en este camino", nos comenta Roberto, "yo no hubiera imaginado vivir estas experiencias del amor y misericordia de Dios, así que mi invitación para los jóvenes que no conocen a Cristo, es que se den la oportunidad de abrirle su corazón".
Finalmente Ivón afirma que "para mí no es difícil invitar a mis amigos a la Iglesia o hablarles de Dios cuando están en problemas. He notado que hacerlo, les ayuda mucho en sus vidas, y en este momento a una de mis compañeras de confirmación, le he estado explicando algunos de nuestros signos en la misa".
Termino encomendando a estos hermanitos en la fe, para que el Señor derrame su gracia en abundancia, y les permita permanecer firmes, nunca dejar de caminar, y cosechar muchos frutos con su testimonio de vida.
Fotografías de Ivóne Irías e Irina Orellana.
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